INGREDIENTES:
- 500 gr. Sardinas.
- 1 Ajo.
- Perejil.
- Harina.
- Aceite.
- Sal.
- Agua.
ELABORACIÓN:
Antes de nada
vamos a preparar las sardinas, le quitamos la cabeza y las tripas (que
crueldad), si eso os parece poco, también le quitamos la raspa, la cola, las
escamas y cuando hemos eliminado todo lo que nos sobra, se ponen debajo del
grifo, se lavan bien y las ponemos a escurrir con un poco de sal y limón
(menudo varapalos).
Se prepara el
rebozado con agua muy fría, harina y un majado con el ajo y un poco perejil y
sal. Lo mezclamos todo y se deja reposar un minutillo.
Mientras
tanto ponemos la sartén al fuego con el aceite y cuando esté caliente vamos
metiendo las sardinas en la masa que teníamos preparada, las escurrimos un poco
que no le quede mucha masa alrededor y a la sartén, cuando se doren por los dos
lados las sacamos a un plato con papel absorbente.
Ya veis lo
fácil que son de hacer, ahora, he creído conveniente poner esta receta por que
tiene su historia y os la voy a contar.
Como sabéis,
la mayoría de los niños tienen una época en su vida en la que todo lo mejor es
lo que tiene marca a poder ser extranjera y lo propio no lo saben valorar. Pues
bien, mi niño no se salvo de esto y entre otras cosas el pescado no le gustaba.
Gran
ocurrencia la mía, preparé esta receta, la cual el niño no quería probar y le
dije: "¿sabes de donde son estas sardinas? pues son AMERICANAS". Os aseguro que ese día se
comió todas las sardinas que no había comido hasta entonces.
Después de
esta anécdota, esta forma de cocinar las sardinas la llamo “sardinas americanas”.
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