- 2 litros de anís dulce.
- 250 g. de café torrefacto en grano.
Para el almíbar:
- 500 ml. de agua.
- 250 g. de azúcar.
- 2 vainas de vainilla.
- 4 clavos de olor.
ELABORACIÓN:
Comenzamos
golpeando con la mano del mortero el paquete de café para romper los granos,
tienen que quedar rotos pero no molidos.
En un
recipiente con cierre hermético de unos 3 litros de capacidad, introducimos los
2 litros de anís y los granos del café rotos. Se dejará macerando durante un
mes, agitándolo una vez al día.
Pasado este
tiempo preparamos en un cazo el almíbar con el agua, el azúcar, las vainas de
vainilla abiertas por la mitad y los clavos. Cuando rompa a hervir, lo apartamos
del fuego y lo dejamos tapado hasta que se enfríe.
Una vez frío,
sacamos los clavos y vertemos todo el contenido, sin colar, en el recipiente
donde tenemos el anís con el café, cerramos el recipiente y lo dejamos reposar
unos 10 días removiéndolo diariamente.
Después de
estos 10 días ya tenemos nuestro licor de café listo para colar y embotellar.
Cuanto más
tiempo permanezca embotellado más rico estará, aunque yo no he podido
comprobarlo porque una vez embotellado no nos dura más de una semana. Nosotros
acostumbramos a tomarlo en la sobremesa, fresquito del frigorífico y en vasos
de chupito congelados.
Está
riquísimo… ¡¡¡Sí señor!!!
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